lunes, 13 de junio de 2016

Buen viaje, Sofía.

Sabéis, existen personas que son tan increíbles que este mundo se les queda pequeño. Me encantaría decir que llegué a conocer a fondo a una de ellas. Un ser extraño y atípico que hacía que todos sintiésemos la necesidad de bailar y festejar a su alrededor, de vivir cada momento intensamente y sentirlo en el fondo de nuestro corazón. Me gustaría decir que la conocí bien.

Pero no fue así. Se marchó antes de que me diera tiempo a ello.

Recuerdo cuando empecé a leer sus escritos. Me sentía tan identificada. Me decía a mí misma: “necesito conocer a esta chica. Seríamos compañeras de aventuras”. Pero lo máximo que llegué a hacer fue hablarle de vez en cuando por Twitter. Nunca tomé la iniciativa de conocerla de verdad, pese a que estuviese a la otra punta del país.

Y no sabéis lo que me arrepiento de ello.

Porque sé perfectamente que esa chica hubiera iluminado mi mundo. Porque sé que nos hubiéramos prometido amistad eterna. Porque sé que su energía y sus ganas de vivir se me hubieran contagiado hasta más allá de la muerte. No sabes lo que me hubiera encantado conocerte, Sofía.

Pero he llegado tarde.

Hace meses te dejé un mensaje en tu blog. Ese blog que llevo leyendo tanto tiempo y que siempre me ha inspirado en mis peores momentos. Tras ver que no contestabas, empecé a preocuparme. Pero me negaba a creerlo. Hoy me he atrevido a abrir los ojos y mirar lo que de verdad estaba sucediendo.

Te has marchado.

Y lo comprendo. Eras un ser demasiado especial para este mundo. Necesitas repartir tu magia por otros universos, pero joder, lo que daría por haber sentido un poco de ella. Me hubiera encantado haber conocido de qué color era tu risa y qué aroma tenía toda tu alegría. Pero afortunadamente sí que ha habido gente que ha podido disfrutar de tu presencia y se han enriquecido de toda tu esencia.

Así que hoy me despido de ti. Pero no es un adiós.

Porque espero encontrarme contigo en alguno de esos mundos que estás visitando y conocerte por fin, para poder decirte lo mucho que te admiro. Eres una flor entre la maleza que ha embellecido un campo de minas.


Buen viaje, Sofía. En este mundo siempre habrá gente que te quiere.

P.D.: Esta entrada va dedicada a una persona muy especial. Solicité permiso a su hermana para colgar este escrito hace un tiempo, cuando me enteré de todo y lo escribí, con lágrimas en los ojos. Pero solo hoy me he atrevido a colgarlo. Solo pretendo hacer honor a su memoria y recordar que nuestra presencia, nuestras palabras y nuestros actos pueden marcar a muchísimas personas, aunque solo hayamos intercambiado unas horas con ellos, aunque solo hayamos hablado con ellos en un par de ocasiones. Pero sobre todo, quiero recordar que debemos ser nosotros mismos y vivir todas las experiencias que podamos, porque de eso se trata la vida, de exprimirla al máximo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario